21 de abril de 2009
Queridos Hermanos:
hace unos dias recibí la llamada de un hermano pidiendo algo inusual. Indudablemente me preocupé y, en cuanto me fue posible, corrí a su lado.
Ese día recordé un trío de cosas importantes:
hay estar, más cuando es tu familia la que te pide que estés...
el compromiso de llamar a alguien como llamas a tu familia, es un compromiso indeleble y al cual se falta sólo si no tienes los pantalones para vivir la vida...
un hermano está no tan solo en las grandes desgracias, si no que también en los malos momentos de lo cotidiano...
Después de "tamañas" conclusiones, creo que me cuestioné un poco lo lejos que siento (limitandonos a un plano meramente físico) a mis hermanos y cuanto a "avanzado" nuestor ritmo de vida; realmente no estamos poniendo menos jóvenes y nuestro andar se hace más acelerado y cada vez menos ameno y compartido.
Creo que por eso se hace cada vez más importante que recordemos a cada instante que lo que nos une es una forma de ver y vivir la vida; lo que nos unen son los momentos vividos, las cosas alegres, tontas y a ratos tristes que han conformado nuestra particular familia. Nos une también un código no escrito que regula nuestra vida y nos hace recordar a viejos escuaadrones que caían cuidando la espalda de su compañero; nos une un sino, un destino de viejos y nuevos camaradas, de compañeros, de artífices y grandes amigos (de aquellos llamados Aquiles y Patroclo o Batman y Robin), nos une la lealtad, pero por sobre todo el recuerdo.
El día en que dejemos de ser familia no será el tiempo ni la distancia los culpables, será el olvido. Aprendamos entonces a no olvidar para perpetuarnos en el recuerdo eterno que cada uno de nosotros guarda del otro.
Un abrazo fraterno y lleno de Amor en nuestro Hermano mayor (el verdadero adulto responsable),
Jimy "HelmouD" Gallardo
PS: Esta es una carta a mis hermanos, pero también es una reflexión válida para todos aquellos que encontraron en sus amigos, una segunda familia.
hace unos dias recibí la llamada de un hermano pidiendo algo inusual. Indudablemente me preocupé y, en cuanto me fue posible, corrí a su lado.
Ese día recordé un trío de cosas importantes:
hay estar, más cuando es tu familia la que te pide que estés...
el compromiso de llamar a alguien como llamas a tu familia, es un compromiso indeleble y al cual se falta sólo si no tienes los pantalones para vivir la vida...
un hermano está no tan solo en las grandes desgracias, si no que también en los malos momentos de lo cotidiano...
Después de "tamañas" conclusiones, creo que me cuestioné un poco lo lejos que siento (limitandonos a un plano meramente físico) a mis hermanos y cuanto a "avanzado" nuestor ritmo de vida; realmente no estamos poniendo menos jóvenes y nuestro andar se hace más acelerado y cada vez menos ameno y compartido.
Creo que por eso se hace cada vez más importante que recordemos a cada instante que lo que nos une es una forma de ver y vivir la vida; lo que nos unen son los momentos vividos, las cosas alegres, tontas y a ratos tristes que han conformado nuestra particular familia. Nos une también un código no escrito que regula nuestra vida y nos hace recordar a viejos escuaadrones que caían cuidando la espalda de su compañero; nos une un sino, un destino de viejos y nuevos camaradas, de compañeros, de artífices y grandes amigos (de aquellos llamados Aquiles y Patroclo o Batman y Robin), nos une la lealtad, pero por sobre todo el recuerdo.
El día en que dejemos de ser familia no será el tiempo ni la distancia los culpables, será el olvido. Aprendamos entonces a no olvidar para perpetuarnos en el recuerdo eterno que cada uno de nosotros guarda del otro.
Un abrazo fraterno y lleno de Amor en nuestro Hermano mayor (el verdadero adulto responsable),
Jimy "HelmouD" Gallardo
PS: Esta es una carta a mis hermanos, pero también es una reflexión válida para todos aquellos que encontraron en sus amigos, una segunda familia.
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