Fumum Vendidi

Nunca fui lo que la "gente común" (aunque todavia no sé que la diferncia de la "gente no común") llama normal; siempre remé a contracorriente, solo contra todo, contra todos; muchas veces me han llamado traidor, aunque sinceramente jamás me he sentido como tal... era agradable aquella época.

Mis padres, ya desde pequeño, cifraron en mí sus esperanzas; nunca sabré si se equivocaron o no. Es mejor así, los errores a veces se pagan caro. La locura me ha rondado por la cabeza todo el tiempo, lo normal nunca fue para mí, siempre me gusto ir por lo difícil, por lo irreal, lo imposible. me gusta caminar solo por la noche, sentir la Naturaleza en las cosas simples, simples pero raras; quizá a raíz de eso la gente me ve como un loco, quien sabe, más cuando un viejo amigo decía que la locura es temporal pero indefinida.

Soy más sensible de lo que aparento, menos tosco de lo que pretendo ser; la locura ya es patente en mí y en mi forma de vivir y a lo largo de mi vida me ha dado de todo: cosas buenas, malas, alegres, tristes, hasta amores locos, sin sentido ni fin, sentimientos que me ahogan, se desbordan, resbalan por el lápiz hacia el papel y ahí se quedan, plasmados, inquietos, con ganas de libertad, libres en cada cuadrícula.

Como quisiera ser el loco de antes, el loco que no tenía cordura, al que nada importaba. Quisiera dejar de sentir, volver a ser el de antes frio y calculador; quisiera que me volviesen a gustar solo los libros; tener de nuevo ese mundo mío, solo para mí y en donde solo vivía yo, donde no había necesidad de nadie más. Quisiera ser el de antes, el que a nada temía, a nadie y no ser el de ahora, el que puede ser similar al anterior salvo por un detalle: siento, siento y eso me asusta y no me deja dormir.