Fumum Vendidi

Obituario: Fumum Vendidi, sobre placa de mármol y sin marcas.

"yo no se lo que es el destino caminando fui lo que fui alla Dios que sera divino yo me muero como vivi"

Cada vez que me hablan del destino, me niego a creer que de tantos caminos a andar, sea uno solo el que me esté prefijado. Y es que cada vez que me hablan de destino, miro a mi lado y me doy cuenta de lo paradójico que es que 5 hayamos escogido recorrer el mismo tramo del camino. Extraño.

Recuerdo la primera imagen asociada a cada uno de ustedes: recuerdo a Nelson con cara de extrañado, esperando ambos una reunión que, como siempre, tardan en llegar; recuerdo a Claudio en un salón grande, con un hombre calvo (o casi calvo) que nos hablaba de aquello que definiría nuestra vida en la Universidad; recuerdo a Diego, con sus bromas y sus chanzas, con su hablar impertinente (¡como olvidarlo!), pero de palabras tan precisas aquella noche cerca de la cordillera, aquella noche en que esto tuvo un nombre; también recuerdo a Daniel, la mañana en que me dijeron que habría menos espacio en la casa, tanto como también hubo un espacio menos en el corazón, llenado por tu llegada.

Si me hablan de destino, lo aprendí a conocerlo junto a ustedes, sin creer en él como tanto tiempo negué la presencia del primero y el último de nosotros; si me hablan de destino, responderé que se conoce solo cuando se tiene a personas como ustedes al lado; si me hablan de destino, diré que lo hemos conocido en el fondo de los vasos, en el fondo de las penas, pero también en el fondo de las alegrías mayores, de esas que marcan y se recuerdan aún en los peores momentos.

A final de cuentas, si el destino existe, fue lo suficientemente inteligente para ponernos en el mismo camino; de caso contrario, estaríamos un paso más cerca del Holocausto.



1 comentarios:

Nico dijo...

al final de cuentas si el destino existe, es el que nos da el protagonismo en esta historia colectiva llamada, si mal no me han contado, vida

un abrazo primo weon!