Fumum Vendidi

Obituario: Fumum Vendidi, sobre placa de mármol y sin marcas.

8:49

TTCC: 2005-2009

Creado por HelmouD

Un amigo decía que cada cierto tiempo el hombre se sienta a reflexionar sobre lo que ha hecho, evaluando todo cuanto a hecho, y más aún, todo cuanto ha dejado de hacer. En vista y consideración de eso, creo que es un buen momento para reflexionar con respecto a lo que ha ocupado gran parte de mis vacaciones en mi paso por la Universidad, o que de otra forma ha sido mi paso por la Universidad; son como huellas en la playa, que marcan pero que con el tiempo se borran para dar espacio a otros pies.

Es difícil decir cual fue el mejor, creo que al final de cuentas todos fueron los mejores, o tuvieron al menos momentos mejores, imágenes que a veces se confunden y te hacen pensar que ocurrió en tal o cual semestre, cosa que con el tiempo da lo mismo, lo importante es que ocurrió, que estuvo, que fue; quizás es ahí cuando te percatas que los atardeceres son distintos en todos lados, que en cada momento hay una cuota de un principio de incertidumbre.

Han sido años preciosos, pero no por ello menos difíciles. Engaños, peleas, "traiciones", diferencias de opinión: mayores o menores, siempre estuvieron, aunque no sé si siempre fueron necesarias... no creo que siempre fueran necesarias. Como bien dijo uno de mis hermanos anoche, aveces caemos en el error de naturalizar todo, de creer que todo es necesario y no siempre es así.

Es dificil cavilar sobre un tema sin caer en filosofía hueca y eterna; pero hablar sobre el voluntariado es aproximarse a la filosofía quizás desde su arista más práctica (si es que posee alguna, tengo la certeza de que esa es) y emocional, porque ser voluntario es pura emoción, más no emocionalidad.

Caco alguna vez dijo (para los que conocen a ese "portento" de hombre adicto al buen vino) que ser voluntario es entregar la voluntad, pero, ¿a quién? Una opción es a quienes organizan, llamense estos vocal, coordinador o encargado (las discusiones semánticas al respecto me aburren), los cuales son los llamados a comprender de manera profunda el real sentido del voluntariado, más allá del trabajo mismo, más allá de lo material, e inclusive más allá de lo emocional. La coordinación se transforma entonces en un mediador entre el voluntario y el voluntariado.

Otra opción es a la comunidad misma, la que establece los límites dentro de los cuales se genera el voluntariado. Pero a veces hay que transgredir esos tímidos límites para poder hacer algo más.

Yo creo que esto de entregar la voluntad no es perder la autonomía humana de la que cada uno tiene una buena dosis. Creo que entregar la voluntad es sumarse a un bien común, a ser parte de de algo mayor, a sentirse comunidad, comunidad con la localidad en la que se ayuda, comunidad con tus pares.

Hay que olvidarse de las divisiones ficticias de áreas, la división que el mismo saber provoca; hay que avocarse más en lo que nos une (¿el servicio? ¿la idea? ¿el sentir?), lo que nos convoca y nos hace ponernos al servicio de una localidad que nos necesita tanto como cualquier otra. Y es que a veces la comunidad que nos acoge no dimensiona cuan cerca puede estar nuestra realidad a la suya, ni cuanto bien podemos hacernos mutuamente. Sólo hay que entregar la voluntad.

Cierro con un pensamiento a lo Wayne: "hay que hacer lo que hay que hacer", del resto nos encargamos después.